POESÍA
EN CONSTRUCCIÓN
sábado, 21 de abril de 2012
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PRONUNCIACIÓN MENTAL
La pronunciación mental es una mala costumbre que se deriva del aprendizaje del sistema de lectura escolar, a los cinco o seis años, los niños aprenden el significado de cada uno de los símbolos, luego comienzan a formar palabras y a identificarlas, leyendo siempre cad símbolo gráfico y haciéndolo sobre todo en alta voz.
Durante mucho tiempo mantenemos la costumbre de la lectura en voz alta y por último cuando dejamos de articular realmente los sonidos, seguimos pronunciado mentalemnte todo aquello que leemos.
Es evidente que la pronunciación mental limita la velocidad de lectura y la equipara a la rapidez del habla.
Este hábito impide leer más de 150 o 200 palabras por minuto.
El defecto desaparece cuando se alcanza una velocidad de lectura que no permite una pronunciación efectiva. Es decir, entre 300 o 400, palabras por minuto.
En este caso el lector sólo tiene la sensación de pronunciar la palabra en la que posa la vista.
Además del defecto de la pronunciación mental, algunas personas tienen la mala costumbre de mover realmente los labios mientras leen, pronunciando las palabras en voz muy baja o inaudible.
También este error se elimina espontáneamente con la lectura mucho más rápida, pero al principio podemos corregirlo colocándonos un lápiz entre los labios para evitar el movimiento.
On 20:30
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MOVIMIENTOS DEL CUERPO
Al hablar de los movimientos del cuerpo durante la lectura, nos referimos específicamente a las diferentes posiciones que podemos podemos adoptar para leer.
Cuando cambiamos de posición continuamente durante el proceso de lectura, dejamos que la mente se distraiga, haciendo que el cerebro se concentre en corregir las posturas del cuerpo, evitando de esta manera que podamos concentrarnos en el texto para hacer posible el proceso de comprensión.
Algunos jóvenes estudiantres han manifestado que leen tendidos en la cama, boca abajo y con el libro apoyado sobre la almohada. En estas condiciones, no resulta raro que aparezca la somnolencia.
Otas personas acostumbramos a leer recostados en un sofá, con los brazos levantados y el libro en alto sobre la cabeza.
Esta actitud incómoda ocasiona inevitablemente una pérdida de concentración debido al notable esfuerzo de los brazos.
Pero ¿cuál es la mejor posición para leer?
Creemos que la mejor posición para leer es la que asumen los profesionales y los estudiantes con más experiencia: sentados, con los músculos relajados, pero no tan acomodados como para favorecer la aparición del sueño profundo.
La iluminación debe ser adecuada a fin de que el texto se vea con claridad.
También es recomendable seguir las líneas solamente con los ojos, evitando realizar movimientos con la cabeza, los brazos o las manos, así como el uso de lapiceros u objetos similares para seguir el texto.
On 20:10
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REGRESIONES INÚTILES
Consiste en volver atrás sobre lo leído, antes de terminar el párrafo. Muchas veces, se hace de forma inconsciente. La regresión provoca un efecto negativo sobre la velocidad de lectura y la comprensión de lo leído, porque se divide el pensamiento, se pierde la idea general. Todavía hay muchos lectores que creen que con este medio se reafirma la comprensión de lo leído.El lector inexperto vuelve atrás con la mirada y relee pasajes ya vistos, con la esperanza de comprender mejor el tema.
Por lo tanto una de las primeras reglas que hay que aprender para adoptar un buen sistema de lectura es la de “leer avanzado”. Para alcanzar este objetivo no basta con conocer este consejo sino que será necesario corregir el hábito erróneo mediante ejercicios específicos.
Se puede emplear un cartoncito algo grueso y preferiblemente blanco para evitar distracciones, con el cual se irán cubriendo las líneas ya leídas. Se tiene la costumbre de volver atrás con la vista, comprobnará las primeras veces, que el cerebro dirige los ojos precisamente hacia el sitio donde se encuentra el cartoncito, porque tiene instaurado el hábito de regresar a las líneas ya leídas.
Este comportamiento se puede modificar con un poco de práctica evitando regresiones inútiles.
On 19:09
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HÁBITOS ERRÓNEOS DE LECTURA
La mayoría de las personas aprenden desde niños a leer en voz alta tanto en la casa como en la escuela y eso crea el hábito que más entorpece la lectura, “la vocalización”, hábito relativamente fácil de eliminar. Otras malas costumbres que entorpecen la lectura son:
Leer con los labios.
Es cuando se forman palabras moviendo los labios en silencio. Esta lectura silenciosa es exactamente igual de lenta que la hecha en voz alta.
Vocalización de garganta.
Ocurre cuando las cuerdas vocales están parcialmente en movimiento durante la lectura, como haciendo los movimientos necesarios para leer en voz alta, aunque realmente sin producir sonido. Constituye una costumbre más corriente que leer con los labios, aunque pasa desapercibida para muchos. Limita igualmente la velocidad de la lectura. Es lo mismo que leer en voz alta.
Lectura para oírse así mismo.
Es la lectura del que oye las palabras que lee, aunque sin leer en voz alta, como si una voz interior se las leyera en voz alta en su cabeza. El hábito, probablemente, deriva de haber aprendido a leer en voz alta. Al leer no debemos oír nada (salvo los casos de la poesía, en drama o alguna otra pieza literaria en la que los sonidos sean importantes)
Lectura regresiva.
Es el hábito inconsciente de retroceder para volver a leer una palabra o una frase.
Se trata de un hábito inconsciente y que no tiene relación con la mayor o menor dificultad de lo leído. No debe, por tanto, confundirse la lectura regresiva con la decisión que le lector puede tomar de vez en cuando de releer algo difícil de entender o de especial interés.
En resumen, los malos hábitos de la lectura son: 1. Leer en voz alta. “Vocalización” 2. Leer con los labios. 3. La vocalización de garganta. 4. La lectura para oírse así mismo. 5. La lectura regresiva. Sobre los malos hábitos de la lectura
En general todos los malos hábitos de lectura pueden y deben ser eliminados. La lectura en voz alta puede corregirse mediante la práctica de la lectura con la boca cerrada, apretando los labios. Leer sin hacer movimientos con la boca.
La lectura labial puede corregirse mediante la práctica de lectura con los labios conscientemente apretados.
La vocalización puede evitarse leyendo durante cierto tiempo con el índice y pulgar a ambos lados de la garganta, tocándola ligeramente y haciendo un esfuerzo consciente por contener todo movimiento de las cuerdas vocales.
Del mismo modo, puede uno concentrarse en evitar oír esa voz interior en la cabeza y en continuar la lectura sin regresiones.
Un ejercicio recomendable para mejorar la lectura y eliminar los malos hábitos, es leer todos los días durante unos minutos aplicando los consejos para evitar los malos hábitos al momento de leer.
Recomendaciones al momento de leer:
1. Trate de eliminar los malos hábitos de la lectura. 2. Aplique la técnica adecuada o correcta a la lectura que este efectuando. 3. Incremente su vocabulario para lograr una lectura más fluida y comprensible. 4. Haga menos paradas de la vista en la línea. 5. Trate de abarcar más palabras en cada lectura. 6. Concéntrese en las palabras clave. 7. Concéntrese en los grupos de pensamiento. 8. No lea rápido, procure aplicar la velocidad adecuada a sus lecturas. 9. No lea en forma pasiva. 10. No analice en exceso las palabras que no entienda. 11. No repita mentalmente lo que esta leyendo (no vocalice lo que esta leyendo) 12. No mueva sus labios. 13. No se distraiga al momento de estar realizando sus lecturas. 14. No mueva la cabeza, siga la lectura con los ojos.
Dr. Armando Arturo Castillas Castañedas, San Luis Potosí, México, 2005.
On 18:20
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HÁBITOS DE LECTURA Y ACTITUD PASIVA
Los hábitos de lectura constituyen un fenómeno sociocultural en el que el interés y el esfuerzo individual suponen el principio para disfrutar de sus beneficios que son conocimiento, aprendizaje, formación, documentación, imaginación, creatividad, agilidad mental, recursos lingüísticos, capacidad de comunicación, etc. constituyéndose en un proceso de obtención de significado a partir de los textos.
Los hábitos de lectura se dan por las actitudes hacia la misma de ahí que uno de los mayores problemas que puede plantearse es la actitud pasiva del lector quien considera que la lectura es aburrida, que no le gusta leer porque no tiene tiempo, y otros factores más, que constituyen aspectos negativos que impedirán mejorar dichos hábitos.
Cuando una persona no se dispone a leer con actitud activa, no estará preparado para captar todos los mensajes o significados ocultos del texto.
Naturalmente, muchos lectores esperan que el texto suscite su interés para motivarse a leer, sin considerar que depende de su actitud hacia la lectura el hecho de despertar dicho interés, manteniendo una predisposición activa.
Es probable que la piedra angular más importante en la educación de cualquier estudiante es llegar a ser primero un lector competente.
La enseñanza de la lectura por lo general implica habilidades específicas tales como la pronunciación, las combinaciones de letras y palabras. Sin embargo, otro aspecto de la lectura, (que puede no ser tan obvio, pero es igual de importante) es la actitud hacia la lectura como ya se manifestó anteriormente.
Los alumnos con actitudes positivas hacia la lectura son más propensos a ser competentes durante su etapa de aprendizaje. Por otro lado, las actitudes negativas hacia la lectura pueden tener graves consecuencias a largo plazo sobre el proceso educativo.
De ahí que, la influencia más importante para ayudar a un estudiante a convertirse en un lector entusiasta son sus padres. Muchos de ellos subestiman el papel importante que desempeñan en la formación de la actitud de la lectura de un niño o de un adolescente. Lo crean o no, los hijos ven a sus padres como modelos a seguir y los expertos en casi todo.
Mediante la observación de las actitudes que los padres muestran hacia la lectura, los niños y adolescentes tienden a desarrollar actitudes similares. Los niños (en particular los niños) tienen el deseo de obtener la aprobación de sus padres y tutores. En consecuencia, si usted es capaz de crear una actitud positiva hacia la lectura en su hogar, sus hijos serán más propensos a buscar la lectura como forma de ganar la alabanza y la aprobación.
¿Cómo puedo como padre de familia, promover actitudes positivas de lectura?
-Proporcionar una variedad de materiales de lectura en su hogar. Esto puede incluir libros, revistas, periódicos, enciclopedias y cualquier otro material de referencia de otros. Si sus hijos emplean la lectura como una obligación para hacer sus tareas, serán menos propensos a ver la lectura como fuente de ocio o placer.
Haga de la lectura una actividad divertida!
-Modele el comportamiento de sus hijos. Si los niños y jóvenes observan que apagar la televisión y recoger un buen libro en aras de la diversión, es un buen hábito, ellos querrán hacer lo mismo. -Lea con sus hijos. Todos los niños, jóvenes y viejos, les gusta escuchar historias. Para los niños pequeños y niños mayores que tienen dificultades con la lectura, la lectura conjunta, el leer un libro de cuentos juntos. Túrnense para leer unas cuantas páginas o párrafos a la vez. -Dedique un tiempo para leer en familia sobre una base regular. Va a necesitar tiempo en silencio cuando todos en la familia puede leer, ya sea juntos o por separado. -Dé a sus hijos un refuerzo positivo cuando leen o cuando comparten la información obtenida de un libro. Esto sólo aumentará el deseo de leer. -Dé libros como regalos para los cumpleaños, las vacaciones, o las recompensas.
En mundo de alta tecnología de hoy en día, hay formas aparentemente interminables de fuentes de entretenimiento electrónico que rápidamente pueden absorber el tiempo de lectura de un niño o un adolescente.
Mientras que los juegos de video, las computadoras, y el vídeo puede proporcionar una manera de disfrutar de relajarse o descansar, no permita que estas formas más pasivas de entretenimiento domunen su hogar excluiyendo a la lectura como una actividad de ocio. Al inculcar una actitud positiva y activa hacia la lectura en su casa, le está dando a sus hijos el regalo de un amor de por vida para la lectura.
Fuente: Laurice, J. (2004) Fomentar actitudes positivas de Lectura: Estrategias para Padres y Maestros.
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